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HISTORIA
Haití
comparte con su vecina la República Dominicana
sus orígenes indígenas, cuyos antepasados
más lejanos son los taínos, aborígenes
pertenecientes al grupo lingüístico arawak.
Estos indios vivían principalmente de la agricultura
y pesca, trabajaban la madera, la cerámica
y metales nobles, como el oro. Cultivaban algodón,
que lo utilizaban principalmente para tejer hamacas.
En
1492, Cristóbal Colón descubrió
la isla y la bautizó con el nombre de La Española.
Desde ese momento, la vida de la actual Haití
transcurrió, como en toda la isla, entre la
extinción de los indígenas como resultado
de la explotación y el trabajo excesivo y la
introducción de esclavos negros traídos
desde África. A partir de la segunda mitad
del siglo XVI, la isla fue abandonada por la migración
de los españoles hacia otros puntos del continente.
En 1697, mediante la Paz de Ryswick, la parte occidental
de La Española, que había sido ocupada
por aventureros franceses, fue cedida por España
de manera formal a Francia, zona que se conoció
como Saint Domingue que ocupaba en ese entonces los
territorios que forman la actual Haití.
En
1804 la isla de La Española fue declarada independiente
del mandato colonial francés por el general
Jean Jacques Dessalines. Fue la primera república
negra en el mundo y la primera, asimismo, en abolir
la esclavitud (importantísima fue la figura
de Toussaint Louverture). Desde ese momento pasó
a denominarse Haití. Dessalines tomó
el título de emperador, sin embargo murió
dos años después y el territorio fue
nuevamente dividido. Así la historia posterior
de Haití se caracterizó por una serie
de luchas intestinas por el ascenso político
entre negros y mulatos. Los desórdenes persistieron.
Estados unidos intervino en 1915, bajo su ocupación
se estableció un orden en Haití cuyo
precio fue la regresión de los movimientos
campesinos, y Philippe Sudre Dartiguenave mantuvo
la presidencia desde 1915 hasta 1922. A principios
de 1916 el Senado de los Estados Unidos ratificó
un tratado con Haití por el cual accedieron
a proporcionarle ayuda económica y política
durante diez años; este tratado se amplio una
década más. Tras 19 años de ocupación
y represión de levantamientos, cesó
la ocupación formal estadounidense en la isla
en 1934. Sin embargo, el apoyo de los gobiernos de
la potencia mundial no se rompió. A principios
de 1942 Haití permitió a la aviación
antisubmarina estadounidense el uso de la pista de
aterrizaje de Puerto Príncipe. Durante 1949
los revolucionarios haitianos, animados por el gobierno
dominicano, precipitaron una crisis nacional e hicieron
que se declarara el estado de sitio el 15 de noviembre.
En 1950 Paul E. Magloire ganó la presidencia.
El gobierno Magloire animó la inversión
extranjera para fortalecer la economía nacional.
Sin embargo, en 1956 renunció al poder. Tras
un periodo de incertidumbre política en 1957
se eligió presidente a François Duvalier.
Durante el gobierno de Duvalier se impuso el estado
de sitio, reprimió la oposición, disolvió
la asamblea y constituyo una nueva policía
con miembros que le apoyaban. La ayuda estadounidense
concluyó en 1961 para demostrar el desacuerdo
con las políticas de Duvalier. La nueva Constitución
proclamada en 1964 autorizaba la presidencia vitalicia
de Duvalier y una nueva bandera roja y negra (que
simbolizaba la unión entre Haití y África).

A
pesar de la opresiva tiranía de Duvalier, los
grupos opositores dentro del país continuaron
conspirando. Hacia 1967 el presidente había
ejecutado a unos 2.000 rivales políticos y
obligado a otros miles a exiliarse. En enero de 1971,
la asamblea legislativa reformó la Constitución
para permitir a Duvalier nombrar sucesor a su hijo,
Jean-Claude Duvalier. A los 19 años Duvalier
pasó a ser presidente después de la
muerte de su padre, el 21 de abril de 1971; esta posición
se vio reafirmada por una revisión de la Constitución
en 1985 que le permitía mantenerse en el cargo
de forma vitalicia. En la década de 1970 Jean-Claude
Duvalier consolidó su poder. A finales de la
década de 1970 y principios de la de 1980 tuvo
lugar un amplio éxodo hacia las Bahamas y Florida
que llamó la atención internacional
sobre el régimen de Duvalier. Como consecuencia
de una creciente oposición, Duvalier huyó
de Haití a principios de 1986. Un nuevo período
de inestabilidad se inició entonces, y tuvo
apenas un receso con la elección de Jean-Bertrand
Aristide quien tomó posesión de su cargo
febrero de 1991. Aristide fue expulsado por un golpe
militar el siguiente mes de septiembre y se exilió
en Estados Unidos. La OEA impuso sanciones al nuevo
régimen militar, pero las negociaciones para
la vuelta de Aristide continuaban. En junio de 1993
las Naciones Unidas impusieron sanciones al país.
En mayo de 1994 las sanciones de la ONU contra los
dirigentes militares de Haití se ampliaron
con el fin de forzarles a renunciar y permitir el
regreso de Aristide al poder. Su vuelta se produjo
en octubre de 1994, tras la ocupación militar
de Haití por parte de Estados Unidos. El repuesto
presidente se enfrentó a graves problemas,
como la crisis en el sistema sanitario, el elevado
analfabetismo, una economía en recesión,
con una alta tasa de desempleo, una gran y corrupta
burocracia y el funcionamiento de auténticas
mafias dentro del Ejército. Tras las elecciones
de diciembre de 1995 Aristide fue sustituido en la
presidencia por René Préval. Sin embargo,
una serie de incidentes no permitió la estabilidad
y complicó el gobierno de Préval. A
pesar de esto gobernó hasta que en noviembre
de 2000 tuvieron lugar de nuevo elecciones presidenciales,
que determinaron el regreso de Aristide a la jefatura
del Estado a partir del 7 de febrero de 2001.
La
situación no mejoró en este segundo
mandato de Aristide. Muy al contrario. La presión
interna e internacional hicieron que abandonara el
país en el año 2004 (antes de concluir
su mandato) y entraran fuerzas internacionales bajo
el mandato de la ONU. Actualmente está instaurado
en el país un gobierno de transición
encargado de organizar nuevas elecciones.
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